domingo, 31 de agosto de 2014

El defecto y la compensación


Vygotski, L. S. (1924). El defecto y la compensación. En L.S. Vygotski, Obras escogidas, Vol. V: Fundamentos de defectología (pp.41-58). Madrid: Visor.

Por Pamela Cifuentes Urbina

La idea de que la fuerza surge de la debilidad fue desarrollada en la psicología individual o de la personalidad de Adler, en ella la supercompensación es el hecho fundamental de la vida de un organismo y explica la transformación de la enfermedad en un estado de mayor salud, implicando la superación de un peligro. Considerando la psique como parte del sistema del organismo, la conciencia o sentimiento de minusvalía generada por un defecto, es la fuerza motriz para crear una sobreestructura psíquica con las funciones que permiten elevar su eficiencia. El desarrollo de los momentos psíquicos llevan la conciencia de la hipersalud a la transformación del déficit en inteligencia, capacidad, talento, etc.

La teoría de Adler está vinculada con la sociología revolucionaria de Marx, pues señala que el desarrollo de la personalidad es impulsado por la contradicción de la ley psicológica fundamental que se explica en la transformación dialéctica desde un sentimiento subjetivo de inferioridad, proveniente de la insuficiencia orgánica, en aspiraciones psíquicas a la compensación y la supercompensación. Explica, al igual que Marx en lo social, cómo lo racional y superior surge de lo irracional e inferior. Dicho desarrollo estaría basado en lo social y tiene una orientación final, pues el destino de la personalidad está determinado por las consecuencias sociales del defecto, por exigencias de la existencia social, siendo cada acto psicológico comprendido dialécticamente en su vínculo con el pasado y el futuro.

Desde este enfoque la pedagogía psicológica individual es entendida como una práctica que demuestra la verdad de las ideas y asegura que las fuerzas del desarrollo están en la inadaptación infantil como fuente de supercompensación y por lo tanto se entiende que la infancia adaptada disminuye el potencial del desarrollo supereficiente de las funciones. También es relevante lo señalado por Stern (1921) en relación a que no se puede deducir la anormalidad desde alguna característica propia del portador, ni se le puede atribuir un único origen, no existiendo la denominación "niño deficitario". Si se piensa el defecto como ventaja, fuerza y aptitud (explicado por la oposición entre el defecto orgánico y el deseo o sueño) se modifica la perspectiva educativa.

La educación no debe atenuar la dificultad provocada por el defecto, más bien debe tensar todas las fuerzas que permiten compensarlo, facilitando así el proceso gradual de formación de la personalidad desde esta nueva perspectiva, para ello no solo es relevante el apoyo en las fuerzas naturales de desarrollo sino que también se debe dar primacía al objetivo final de la plena validez social.

A modo de esclarecimiento se indica primero que ese desarrollo dificultado por el defecto puede lograr diversos grados posibles de compensación, también que la teoría no implica una valoración positiva del sufrimiento sino que de su superación, considerando como un bien la riqueza potencial del espíritu. Luego aclara que no es el defecto en sí sino las dificultades derivadas de él las que se compensan, y es mediante el desarrollo de una sobreestructura psíquica en vez de una compensación puramente orgánica. Por último señala que la pedagogía especial debe considerar que el defecto provoca una singularidad profunda en la línea de desarrollo, por lo tanto se puede lograr lo mismo que en un niño normal pero por vías y medios distintos.

Pavlov señala que toda la vida está construida por el reflejo de su objetivo, que es la protección de la propia vida. Y para que la educación contribuya al objetivo necesita de la tensión al reflejo, que es representada por el obstáculo, ello implica lo denominado como procesos dominantes, los que explican el mayor potencial de supercompensación en deficientes.

Para trabajar la supercompensación se toma en cuenta el grado de inadaptación como también la riqueza y diversidad de funciones del niño, sin dejar de lado la lucidez de criterio y las valoraciones realistas. El método de Sokolianski es un buen ejemplo pues dándole  mayor relevancia a la orientación práctica y condicional en la educación logró que el habla se volviera una necesidad fisiológica en sordomudos, un interés. La práctica de la educación tradicional tiene tendencia a la conmiseración y amaestramiento, por lo tanto está muy necesitada de ideas audaces y fortalecedoras que abran camino a la superación y supercompensación del defecto considerando siempre su innegable orientación social.

Comentario personal:

La teoría de la supercompensación es clave para la psicología y la educación en niños con algún defecto, pues permite comprender que este trae consigo una reorganización radical de toda la personalidad que acarrea nuevas fuerzas psíquicas. El defecto es la fuerza motriz fundamental del desarrollo y objetivo del proyecto de vida, por lo tanto a nivel pedagógico se deberá sacar provecho de dicha energía psíquica ampliando, desde sus intereses, la variedad de sus expectativas y su calidad de vida. Trabajando las herramientas que a nivel sociopsicológico son necesarias según el desarrollo del propio niño y de sus perspectivas, se le permitirá llevar a cabo sus proyectos de vida y lograr la plena validez social.


Citas del texto:

"El camino al perfeccionamiento pasa a través de la superación de los impedimentos, la dificultad de la función constituye el estímulo para su elevación." (Vygotski, 1924, pp. 43)

" el objetivo de la vida del hombre en desarrollo y crecimiento, están delimitados por la necesidad objetiva del cauce social y los márgenes sociales de la personalidad." (pp. 45)

"...el proceso de supercompensación está determinado enteramente por dos fuerzas: las exigencias sociales que se le presentan al desarrollo y a la educación y las fuerzas intactas de la psique." (pp. 55)


"Adler (...) aconseja considerar cualquier acto en su vinculación con el plan de vida única y con su objetivo final (...) considerar al individuo como la tendencia encarnada al desarrollo" (Adler, 1927, en Vygotski, 1924, pp. 55)

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