Ferguson, D. y
Jeanchild, L. (1999). Cómo poner en práctica las decisiones curriculares. En S.
Stainback y W. Stainback: Aulas
inclusivas: un nuevo modo de enfocar y vivir el currículo (pp. 179-194).
Madrid: Narcea.
Por
Carmen Paz Soto R.
Síntesis del texto
El texto plantea formas
de entender la escolarización y la enseñanza de manera que permita la inclusión
de todos los alumnos, independiente de sus diferencias y capacidades. Se
presentan algunas orientaciones y estrategias para los maestros, quienes deben
decidir qué y cómo enseñar, es decir, ejecutar las decisiones curriculares dentro
de una amplia variedad de posibilidades, ya sea según el alumnado, los materiales
o lugares disponibles, la forma de enseñanza y/o la organización de los grupos.
Estos factores permiten el desarrollo de diversas interacciones y experiencias de
aprendizaje individuales, entre compañeros y/o con profesores dentro de las
escuelas.
Las propuestas que se
plantean, se basan en la idea de que debe haber un proceso de enseñanza que
incluya a todos los estudiantes, sin segregarlos según sus capacidades o
discapacidades. Para que esto sea posible, la escuela debe generar los mismos
resultados en todos los alumnos, donde la enseñanza se adecue según sus
capacidades y que todo lo que aprendan sea útil para su inclusión en la
sociedad y la participación activa como miembros de sus comunidades. Por otro
lado, el proceso de enseñanza supone que todos los alumnos sean capaces de dar
significado y sentido a lo que aprenden, que sean capaces de relacionarlo con
sus conocimientos y experiencias anteriores, para así dar un sentido práctico a
lo que se les enseña.
Aunque el proceso
fundamental de enseñanza en cuanto a contenidos sea igual para todos, este se
debe estructurar de forma diferente según las necesidades o el estilo de
aprendizaje de cada alumno, que varía con el tiempo y según la tarea que deban
realizar. Los maestros deben adaptar constantemente sus estrategias de
enseñanza a la diversidad de alumnos y en los distintos momentos de su
experiencia de aprendizaje.
Otro aspecto relevante en
que la enseñanza debe ser diferenciada es en el proyecto curricular para cada
alumno. Algunos adquirirán prácticamente toda la información y destrezas contenidas
en el currículo fácilmente, otros en cambio, requerirán adaptaciones
curriculares para conseguir los objetivos de participación e inclusión social
de la enseñanza, mayor tiempo para aprender, otros tipos de apoyo y un mayor
esfuerzo y trabajo para obtenerlo. Los maestros también se encontraran con algunos
alumnos en que sus capacidades y carencias les impedirán aprender como los
otros, por lo que tendrán que buscar formulas creativas para adaptar el
currículo y poder satisfacer sus necesidades educativas, y así logren
participar activamente en la vida dentro y fuera de la escuela.
Posteriormente, se
plantean algunas reglas para estructurar las diferencias de los alumnos,
poniendo en práctica el currículo en grupos heterogéneos, también se dan trucos
para que éstas reglas resulten más eficaces. La primera regla consiste en
maximizar la variedad de alumnos, no sólo por un mero agrupamiento por
proximidad física, sino que implica la forma de organizar a los grupos, es
decir, a qué alumnos agrupar (según género, etnia, rendimiento, habilidades de
comunicación, integración social, capacidades en cuanto a una tarea, etc.) y la
planificación de sus experiencias de aprendizaje (tanto de manera aislada como
en relación a sus pares).
La segunda regla consiste
en maximizar la interdependencia positiva, esto se produce luego de organizar
las experiencias de aprendizaje de los alumnos de manera que se promuevan sus
habilidades para asimilar contenidos, trabajar juntos estableciendo relaciones
de reciprocidad, adquieran un sentido de experiencia compartida, aprecien la
diversidad humana, desarrollen habilidades de cooperación aprendiendo a
depender unos de otros para conseguir objetivos comunes y ayudarse mutuamente.
La tercera regla
consiste en maximizar los logros individuales, capacitando a los alumnos para
que dominen los contenidos de la enseñanza, adquieran competencias en distintas
dimensiones para participar activamente en la vida extraescolar. Para esto, se
deben apreciar y recompensar los rendimientos individuales y grupales,
estimular el apoyo mutuo y también evaluar y supervisar los avances/errores de
su enseñanza.
Se concluye que las
diferencias entre los alumnos son necesarias para los estudiantes y maestros,
ya que permite a las escuelas incluir a todos los alumnos, reforzando el
aprendizaje de cada alumno según sus necesidades a causa de sus diferencias y
no a pesar de estas.
Comentario
Personal
Parece
ser fundamental dejar atrás la perspectiva de enseñanza que da por supuesto que
algunos alumnos para aprender deban ir a escuelas especiales y separadas del
resto de los alumnos “normales”. Lo que bien se sabe sólo ha traído como
resultado la estigmatización, aislamiento y segregación de estos alumnos.
Si
se parte de la base que los objetivos de la escolarización y la enseñanza son
iguales para todos los alumnos, la inclusión sería factible y deseable para el
desarrollo de escuelas con una gran riqueza en su diversidad de formas y estilos de
aprendizaje para grupos heterogéneos. Sería un lugar fundamental para el trabajo cooperativo
entre compañeros y maestros, donde se progrese hacia los mismos resultados por las
vías que sean más adecuadas para cada alumno. De esta forma, todos podrían aprender, desarrollarse y ser
partícipes activos de la cultura en que vivimos.
Citas
Textuales
“El
resultado real de la escolarización para todos los alumnos es muy sencillo:
todo lo que aprendan debe servirles para ser miembros activos de sus
comunidades respectivas” (Ferguson & Jeanchild, 1999, pp. 181).
“Aprender
supone, para todos los alumnos, determinar el significado de lo que se aprende
y cómo se relaciona con sus conocimientos y experiencias anteriores” (pp. 184).
“El
fin supremo de la enseñanza en un grupo heterogéneo consiste en utilizar las
diferencias entre los alumnos para reforzar el aprendizaje de cada uno dentro
del grupo” (pp.191).
“Los
contenidos críticos de la enseñanza son los mismos para todos los alumnos,
aunque puedan utilizarse de distintas maneras para acomodarlos a las diferentes
necesidades y estilos de aprendizajes” (pp. 193).
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